Varios pitos después estábamos jugando al Tío y la Tía. Me tocó el número ocho. A él le tocó el 3. A Román le tocó ser el tío. Se demoró dos segundo en decir que el ocho y el 3 se dieran un beso fogoso de al menos 3 segundos. Tragué saliva. Yo nunca nunca.
Se acercó y me dio mi primer beso. Ni siquiera sé cómo se llamaba, pero sentí su lengua dulce contra la mía. Me dio cosquillas el roce con su bigote.
Al rato me acerqué y le dije ¿te puedo decir algo? Sí, me dijo. Tu bigote pica. Y nos reímos antes de perdernos en el patio.
Otro cuento que escribí como ejercicio del taller LEA que se desarrolla en la Usach.
Se acercó y me dio mi primer beso. Ni siquiera sé cómo se llamaba, pero sentí su lengua dulce contra la mía. Me dio cosquillas el roce con su bigote.
Al rato me acerqué y le dije ¿te puedo decir algo? Sí, me dijo. Tu bigote pica. Y nos reímos antes de perdernos en el patio.
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Otro cuento que escribí como ejercicio del taller LEA que se desarrolla en la Usach.
bye
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