En la memoria y en
los dedos de las noches
tan claro y tan tibio como ayer
el delirio de alcanzar la madrugada
del silencio, los calores, la humedad,
las sábanas, la ventana abierta
sin luz, sin ver, solo la mano que guía la mano
la boca que busca el beso y encuentra el sexo
la lengua que juega entre los labios
y el rebeso, los lunares, el gemido, el desespero.
¿Es la alondra o aún hay tiempo de una siesta
de un intento de
con la tela, sin la tela, de a través de la tela tocar
besar, mastocar, masbesar, masgemir?
bye
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