Hace unos días vi la película de Gondry La espuma de los días, del 2013. Recién ahora se va a estrenar en los cines chilenos. Recién la vi en un preestreno. Me dejo con una tristeza infinita el final de tan bonita y fantástica historia. Tuve que comenzar a leer el libro de Boris Vian en el cual se basa la película.
El film es protagonizado por Romain Duris como Collin y la siempre bella Audrey Tautou como Chloé. Si bien todo el relato de Vian es mágico, esta adaptación de Gondry realmente le hace honor al surrealismo que se lee.
Leyendo, lo primero que encontré fue parte de lo que me fascinó de la película: un romance surrealista y sin medida.
Además, reflexiones propias de la mitad del siglo anterior, cuando todo era posible.
Collin expresa ideas cargadas de comunismo científico, que proponen que la superación técnica hará que el hombre viva mejor. Y están bastante bien cuando se refiere a las máquinas, la revolución industrial demostró que las máquinas no extinguieron el trabajo humano. sin embargo, unos años después entró en escena la robótica. Asimov enfrentó el problema del desplazamiento del trabajo humano por parte de robots de bajo costo, concluyendo que habrían huelgas en todos los gremios cuyos empleos pudieran ser reemplazados por robots.
La cita anterior se acompaña de una conversación posterior:
Que muestra el mismo espíritu de tecnificación del trabajo.
Pero, me salgo un poco un del tema.
La historia es romántica, pero todo se llena de la presencia de Sartre, de las reflexiones de la falta de sentido de la existencia humana, y poco a poco el libro se impregna de esta entropía y descenso sin fin. Chloé parece una mujer fantástica al principio, pero cuando vemos que lo único que hace es sonreír y ser bonita, cualidades que pierde al enfermarse, hay que preguntarse qué tanto queda de ella más allá de su atractivo. Y con Collin pasa algo muy similar, porque se va volviendo alguien tan triste, tan encerrado en la realidad y la falta de dinero, la necesidad de trabajar, y deja todo lo importante en su vida de lado buscando un trabajo que le permita vivir y tratar la enfermedad de Chloé.
Más que mostrar gamas de emociones en los personajes es como el ambiente y las sensaciones que uno tiene al leer potencian esta obra. Muy recomendada.
Les dejo el trailer:
El film es protagonizado por Romain Duris como Collin y la siempre bella Audrey Tautou como Chloé. Si bien todo el relato de Vian es mágico, esta adaptación de Gondry realmente le hace honor al surrealismo que se lee.
Leyendo, lo primero que encontré fue parte de lo que me fascinó de la película: un romance surrealista y sin medida.
"La calle conducía a Chloé.
-Chloé, tus labios son dulces. Tienes la tez de fruta. Tus ojos ven como es debido Y tu cuerpo hace correr calor por el mío...
Por la calle corrían canicas de cristal y, detrás de ellas, niños. Harán falta meses y meses para que me sacie de darte besos. Harán falta meses y meses para agotar los besos que quiero darte, en las manos, en el pelo, en los ojos, en el cuello...
Tres chiquillas cantaban una canción de corro redonda y la bailaban en triángulo.
-Chloé, querría sentir tus senos sobre mi pecho, mis dos manos cruzadas sobre ti, y tus brazos alrededor de mi cuello, tu cabeza perfumada en el hueco de mi hombro, y tu piel palpitante, y el olor que se desprende de ti..."
Además, reflexiones propias de la mitad del siglo anterior, cuando todo era posible.
-¿Por qué miran con tanto desdén? -preguntó Chloé-. Al fin y al cabo, trabajar no es para tanto.
-Se les ha inculcado la idea de que trabajar es algo bueno -dijo Colin-. En general, se considera así. Pero, de hecho, no hay nadie que lo piense. Se hace por costumbre y para no pensar en ello precisamente.
-De todas maneras, es una tontería hacer un trabajo que podrían hacer máquinas.
-Pero las máquinas habría que construirlas -dijo Colin-. ¿Y quién va a hacerlo?
-¡Bueno, por supuesto! -dijo Chloé-. Para hacer un huevo, hace falta una gallina, y una vez que se tiene la gallina se pueden tener montones de huevos. Así que vale más empezar por la gallina.
-Habría que saber quién impide fabricar las máquinas -dijo Colin-. Lo que falta, por lo visto, es tiempo. La gente pierde el tiempo en vivir y entonces ya no le queda tiempo para trabajar.
-¿No será más bien lo contrario? -dijo Chloé.
-No -dijo Colin-. Si tuvieran tiempo para construir máquinas, luego ya no tendrían necesidad de hacer nada. Lo que yo quiero decir es que la gente trabaja para vivir en lugar de trabajar para hacer máquinas que les permitan vivir sin trabajar.
-El asunto es complicado -consideró Chloé.
-No -dijo Colin-. Es muy sencillo. Por supuesto, habría que ir poco a poco. Pero se pierde tanto tiempo en hacer cosas que acaban gastándose...
-Pero ¿no crees tú que les gustaría más quedarse en casa y besar a su mujer, ir a la piscina y a divertirse?
-No -dijo Colin-, porque no piensan en ello.
- Pero ¿acaso es culpa suya si creen que está bien trabajar?
-No -dijo Colin-, ellos no tienen la culpa. Es que se les ha venido diciendo: «El trabajo es sagrado, el trabajo es bueno, el trabajo es hermoso, el trabajo es lo que cuenta antes que nada y sólo los que trabajan son quienes tienen derecho a todo». Lo que pasa es que se organizan las cosas para hacerles trabajar constantemente y entonces no pueden aprovecharse de ello.
-Entonces, ¿es que son tontos?
-Sí, son tontos -dijo Colin-. Por eso están de acuerdo con quienes les hacen creer que el trabajo es lo mejor que hay. Eso les impide reflexionar y tratar de progresar y dejar de trabajar.
Collin expresa ideas cargadas de comunismo científico, que proponen que la superación técnica hará que el hombre viva mejor. Y están bastante bien cuando se refiere a las máquinas, la revolución industrial demostró que las máquinas no extinguieron el trabajo humano. sin embargo, unos años después entró en escena la robótica. Asimov enfrentó el problema del desplazamiento del trabajo humano por parte de robots de bajo costo, concluyendo que habrían huelgas en todos los gremios cuyos empleos pudieran ser reemplazados por robots.
La cita anterior se acompaña de una conversación posterior:
"-¿No le gusta el trabajo? -dijo el antigüedario.
-Es horrible -dijo Collin- Rebaja al hombre al nivel de la máquina."
Que muestra el mismo espíritu de tecnificación del trabajo.
Pero, me salgo un poco un del tema.
La historia es romántica, pero todo se llena de la presencia de Sartre, de las reflexiones de la falta de sentido de la existencia humana, y poco a poco el libro se impregna de esta entropía y descenso sin fin. Chloé parece una mujer fantástica al principio, pero cuando vemos que lo único que hace es sonreír y ser bonita, cualidades que pierde al enfermarse, hay que preguntarse qué tanto queda de ella más allá de su atractivo. Y con Collin pasa algo muy similar, porque se va volviendo alguien tan triste, tan encerrado en la realidad y la falta de dinero, la necesidad de trabajar, y deja todo lo importante en su vida de lado buscando un trabajo que le permita vivir y tratar la enfermedad de Chloé.
Más que mostrar gamas de emociones en los personajes es como el ambiente y las sensaciones que uno tiene al leer potencian esta obra. Muy recomendada.
Les dejo el trailer:
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