En latinoamérica se ve un clima de izquierda, propiciado por el despertar de los pueblos luego de años de entumecimiento. Esto se debe a que las nuevas generaciones, aquellas que no vivieron las dictaduras, exigen cambios y molestan a sus padres y abuelos para que sus países sean más justos.
Sin embargo son izquierdas tibias en la mayoría de los casos. Un mensaje fuerte y provocador durante las campañas presidenciales que no se refleja en las formas de gobernar.
Se rescata de este contexto el caso de Ecuador y Venezuela, bastiones del socialismo y americanismo cuyo trabajo sirve de ejemplo a los líderes de izquierda de la patria grande.
Con tres mujeres en altos cargos, con presidentes que han sido reelegidos numerosas veces, uno de los mayores problemas que enfrenta la izquierda latinoaméricana es el recambio de la clase política.
Tanto izquierda como derecha deben dar participación a las nuevas generaciones. Entender esto les dará continuidad a los gobiernos.
Desafiar este mandato popular será su condena.
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