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El ultimo lector, Ricardo Piglia



Estoy leyendo El último lector de Piglia. Para el seminario de Wallace, no william wallace, sino David. 
Un libro que trata sobre los lectores dentro de la literatura, al contrario de El escritor y sus fantasmas, de Sábato, que trata sobre el escritor. Piglia, el escritor lector. 
Tiene una idea interesante hasta ahora, llamativa: la mujer lectora. Una mujer dispuesta a leer todo lo que uno escribe, que sexy. Una mujer dispuesta a transcribir todo lo que uno escribe, que sexy, de nuevo. Una mujer constante en su lectura, que revisa, que repasa, que transcribe, toda la noche en vela buscando los resquicios que su escritor-amante le ha entregado ¡qué bello! Qué decepción resulta una mujer que no lee lo que uno le entrega. Me ha pasado. Que no escucha las canciones que uno le quiere mostrar, es algo...hasta entendible, pero mínimo debería escuchar la canción una vez hasta el final antes de decir que no le gusta. Pero que no quiera leer los escritos de uno... que no quiera compartir esa búsqueda de la verdad, ese no sé qué que uno quiere compartir con ella... la fugaz diferencia entre los escritos propios y los escritos de otros que uno quiere compartir, la mujer-amante-la-mujer-lectora, la mujer ideal.
"Goldie, dice que se llama Goldie, la diosa dorada"
Sin City
Luego habla de los detectives. El género detectivesco que inaugura magistralmente Poe en Los crímenes de la Rue Morgue (hay un grupo que lleva ese nombre, que tiene una canción que sigue dando vueltas en mi cabeza xd, chiste fome) el detective Dupin, aquel que se encierra a leer. El detective como el lector que ve lo que otros no, que es capaz de leer la sociedad porque todo lo entiende como un ejercicio de lectura, descifrar el crimen captar el significado, el correlato, correcto de las pistas.
Y habla del Che Guevara. De que el Che al momento de morir, cargaba en su mochila con el Canto General de Pablo Neruda, poemario que le leía a los guerrilleros que luchaban a su lado en Bolivia. ¡Viva la revolución cubana! Quizás las condiciones de vida podrían ser mejores, y seguramente lo serán con el tiempo, pero es definitivamente mejor a antes de la revolución. Malditos sean los gringos por ese bloqueo. Cuba podría ser más grande, podría demostrarle al mundo esa bella utopía. Yo quiero educación gratis en mi país. Yo quiero buenos médicos. Y quiero comunismo.
Les dejo lo que puse prueba: [lo que está entre estos paréntesis, a lo largo del texto que agrego a continuación, lo pongo ahora para hacerlo más entendible]
Es en fondo un repaso de los distintos tipos de lectores que se revisan a través del texto de Piglia:
[El libro] es la búsqueda de un lector completo, un lector que merezca quedarse a solas en la biblioteca soñada de Borges, es resumen de las cualidades que debe tener ese lector, un compilado del lector que notara todos los correlatos, que se impregnará de todas las interpretaciones, un lector ideal para todo escritor. Un lector-escritor, posiblemente.
Kafka es el lector interrumpido. Aquel al que el entorno trastoca su voluntad de leer, también su voluntad de escribir. Manifiesta haber escrito un cuento [La condena] de corrido en una noche. Ha descubierto el secreto de Balzac: escribir mientras la ciudad duerme. Llega a tanto su frustración en la lectura que desea estar en el fondo de una cueva con una linterna y un libro.
Guevara es el ultimo lector, aquel que lee hasta antes de morir. Aquel que lleva la consecuencia en la creencia de que la lectura es educación hasta el último momento. Dispuesto a tomar cualquier momento de descanso como una posibilidad para leer, el Che lleva libros en su mochila de guerrillero, todos sus compañeros se deshacen de lo pesado, pero el mantiene los libros, prefiere el saber a la rapidez.[“Yo se leer” el Che corrige a la maestra de la escuela La Higuera “le falta el tilde” le dice: es "yo sé leer".Piglia, Ricardo: El ultimo lector. Barcelona, Anagrama, 2005.p. 137. Leer hasta el último momento, leer. Neruda en Confieso que he vivido nos relata lo emocionado que se siente al pensar que el Che llevaba uno de su libros consigo al momento de morir [Véase Pablo Neruda, Confieso que he vivido. Santafé de Bogotá, RBA, 1974. P.384]. Llevaba dos libros consigo: un libro de aritmética y Canto general, que solía leerle a los guerrilleros en la Sierra Maestra.] El Che sabía, además, que leer.
Gramsci [un escritor preso en la cárcel de Mussolini] es el lector modelo. El devorador de libros, capaz de leer un libro por día encerrado en aquella prisión, donde su única libertad se la brinda la biblioteca.
Felice Bauer la lectora ideal. La que todo lo lee, la que a todo le presta atención, sin duda es el lector ideal al que escribe Kafka.
El Quijote es el lector que se desquicia con sus lecturas, lee tanto que decide empezar a vivir una novela. Lee hasta que agota los libros de caballería, a pesar de que le esconden los libros, día y noche lee.
Robinson Crusoe es el lector que internaliza la lectura en su vida, que es capaz de organizar su vida gracias a la lectura. Es además la consumación del sueño de Kafka, el aislamiento total y el libro, la lectura. Para Crusoe la Biblia le salva la vida, la lectura es dadora de vida.
Dupin (el detective de Poe) es aquel capaz de leer la vida misma y descifrar los correlatos [los segundo sentidos del texto] que esta presenta para llegar a la verdad, es quizás -en su calidad de investigador- un lector más atento que el resto.
Borges es el lector insaciable, que sueña con una biblioteca eterna, La biblioteca de Babel, donde todo esté escrito, donde todo lo publicado esté en sus estantes, donde los hexágonos de estantes que componen la biblioteca puedan permitir la expansión de la misma hasta el infinito, donde los monjes lectores solo vivan para leer; es él que lee a pesar de estar ciego, “verás el color amarillo y sombras y luces” [Jorge Luis Borges, El otro, en El libro de arena. Buenos Aires, EMECÉ, 1995. P. 22] se dice a sí mismo en un encuentro con un Borges más joven. Casi ciego, pero sigue leyendo, sigue aprendiendo idiomas.
Y claro, Anna Karenina [la heroína de Tolstoi], quien también necesita linterna. Pero la linterna no es sólo una señal de falta de luz, es un símbolo de privacidad, de leer a escondidas. Ella quiere vivir una vida novelesca: ella lee, luego vive. Así mismo muere.
Podría agregarse a esta lista Aureliano Babilonia, el personaje de Cien años de soledad (Gabriel García Márquez), cuya lectura desata su propio fin, previsto en los pergaminos que lee, escritos hace casi cien años por el gitano Melquíades. La lectura lleva al fin del lector, esta es la intentio auctoris [la intención del lector, la correcta interpretación que según él debería dársele a su texto] del gitano."

No es una novela, es un ensayo, pero no es un libro difícil de leer. Es bastante entretenido y permite aprender bastante sobre literatura y el papel de la misma a través de distintas épocas, tanto por la percepción de la literatura hacia la literatura, como de las sociedades hacia su literatura.  
Si bien se habla sobre las mujeres amantes (Bovary y Karenina) como grandes lectoras, de los detectives y el desarrollo histórico del genero detectivesco como un ejercicio de lectura de la sociedad, del Quijote como la ultima consecuencia de la lectura; todo se puede resumirse a Kafka.
Kafka y su afán por la escritura, Kafka y su amor por Bauer a traves de las letras, Kafka y el deseo de vivir para leer.
Cortazar tiene un cuento donde profetiza una explosión literaria, una avalancha de escritores publicando cantidades aberrrantes de escritos, inundando las calles de libros, colmando cada espacio con panfletos, consumiendo cada bosque para poder imprimir, reciclando los libros recién publicados para abastecerse de nuevo material imprimible y, aun así, faltando capacidad para detener la marea de escritura. Digo profetizó porque hoy esa explosión se da a través de internet y las redes sociales. Gracias a Dios internet es un escape a la tala de arboles. ¿pero cómo leer todo lo que se publica hoy en día? Solo queda una solución:
Vivir para leer, para abarcar todo lo que ha sido publicado. Estar en la Biblioteca de Babel y seguir leyendo cuando los otros ya hayan muerto, ser el rey de la colina, ser el ultimo lector. 



bye

Comentarios

Sacur Ysaya dijo…
Me hiciste recordar a una obra teatral que vi recientemente, bah! una serie de improvisaciones a partir de la poesia de baudelaire. Cómo se suponia que los jovenes se ponían o se "transformaban" cuando leian sus escritos.

Saludos.
Melu dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Melu dijo…
Recuerdo que ese libro aún no estaba en el repertorio de Wallace cuando hice un curso con él, porque recién había sido publicado. Pucha que estoy vieja!
De todos modos me encantó tu análisis, quedé con puras ganas de leerlo.

Un abrazo

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