Hace unos años los estudiantes universitarios y secundarios del país estaban movilizados por la educación pública gratuita y de calidad. Entonces, comenzó el mundial de fútbol y se hizo inminente reevaluar la paralización de actividades. Es que la asistencia a las asambleas y foros convocados disminuiría debido al encuentro futbolero, la participación en marchas durante horarios de partidos parecía dudosa, las autoridades solo hablaban de desearle lo mejor a La Roja. Pocos fueron los que dijeron que el fútbol es el opio del pueblo, menos desde que los seleccionados nacionales se manifestaron a favor de la educación gratuita a pedido de la Confech. Y la historia se ha repetido en los años posteriores con la Copa América, la Copa Bicentenario, las clasificatorias. Una movilización estudiantil que convoca a cientos de miles de personas en las calles a través de todo el largo de este país, se ve derrotada no por las presiones del gobierno, no por la falta de liderazgo ni por el desgaste y cansancio de los jóvenes manifestantes, sino por el deporte rey. El grito de gol se oye más fuerte que el grito de educación gratuita.
Ahora, en este año de elecciones, quizás sea importante que la selección de fútbol masculino no haya clasificado al mundial organizado por la Fifa. Quizás permita al pueblo dejar de distraerse con asados, descuentos en cerveza, televisores, parrillas; y lo deje concentrarse en los debates presidenciales que se aproximan. Así podría haber una discusión más nutrida que la que se ha llevado hasta ahora, donde a un mes de las elecciones poco se ha visto de diálogo en términos políticos. Además, eventualmente la atención podría destinarse a los ocho candidatos que buscan el sillón presidencial, y no solo en tres o cuatro como hasta ahora. Si la atención del país estuviera enfocada en algo que realmente tiene consecuencias para su vida propia, y no en un ajeno campeonato jugado por una veintena de seleccionados, Chile sería distinto.
Otro ámbito en el que esto puede resultar positivo para el país, es que quizás sirva para diversificar la atención de los chilenos a otros deportes. No basta solo con poner mayor atención al desempeño de la selección femenina de fútbol, hay que mirar más allá del balón pie. Chile cuenta con excelentes atletas que no reciben atención por parte de los medios, y en consecuencia por parte del público. Hockey, voleibol, gimnasia, karate, el listado de disciplinas deportivas en las que ha mejorado el desempeño de los competidores nacionales ha crecido, pero la atención mediática sigue estancada. Media hora de fútbol en los noticiarios, los medios de prensa recorren el mundo buscando imágenes del balón con tal llenar ese espacio, pero no son capaces de mostrar más de un minuto de las otras competencias deportivas que se dan en la nación. ¿Es justo? No. Debe mejorar.
Es necesario considerarlo también desde el ámbito deportivo. La confianza de la selección al momento de jugar, con base en las victorias que los llevaron a ser bicampeones de América, le han jugado en contra. No es bueno dormirse en los laureles y aunque a una gran parte del país esta lección le deje un sabor amargo, es bueno aprender. Es bueno bajar del podio a los seleccionados, es bueno recordarles que siguen siendo humanos. Para las próximas clasificatorias la selección y las expectativas que se tiene serán diferentes.
Así que gracias por fallar. Nos dan espacio para concentrarnos en las otras cosas que importan. No todo es la sana diversión deportiva del fútbol masculino.
Ahora, en este año de elecciones, quizás sea importante que la selección de fútbol masculino no haya clasificado al mundial organizado por la Fifa. Quizás permita al pueblo dejar de distraerse con asados, descuentos en cerveza, televisores, parrillas; y lo deje concentrarse en los debates presidenciales que se aproximan. Así podría haber una discusión más nutrida que la que se ha llevado hasta ahora, donde a un mes de las elecciones poco se ha visto de diálogo en términos políticos. Además, eventualmente la atención podría destinarse a los ocho candidatos que buscan el sillón presidencial, y no solo en tres o cuatro como hasta ahora. Si la atención del país estuviera enfocada en algo que realmente tiene consecuencias para su vida propia, y no en un ajeno campeonato jugado por una veintena de seleccionados, Chile sería distinto.
Otro ámbito en el que esto puede resultar positivo para el país, es que quizás sirva para diversificar la atención de los chilenos a otros deportes. No basta solo con poner mayor atención al desempeño de la selección femenina de fútbol, hay que mirar más allá del balón pie. Chile cuenta con excelentes atletas que no reciben atención por parte de los medios, y en consecuencia por parte del público. Hockey, voleibol, gimnasia, karate, el listado de disciplinas deportivas en las que ha mejorado el desempeño de los competidores nacionales ha crecido, pero la atención mediática sigue estancada. Media hora de fútbol en los noticiarios, los medios de prensa recorren el mundo buscando imágenes del balón con tal llenar ese espacio, pero no son capaces de mostrar más de un minuto de las otras competencias deportivas que se dan en la nación. ¿Es justo? No. Debe mejorar.
Es necesario considerarlo también desde el ámbito deportivo. La confianza de la selección al momento de jugar, con base en las victorias que los llevaron a ser bicampeones de América, le han jugado en contra. No es bueno dormirse en los laureles y aunque a una gran parte del país esta lección le deje un sabor amargo, es bueno aprender. Es bueno bajar del podio a los seleccionados, es bueno recordarles que siguen siendo humanos. Para las próximas clasificatorias la selección y las expectativas que se tiene serán diferentes.
Así que gracias por fallar. Nos dan espacio para concentrarnos en las otras cosas que importan. No todo es la sana diversión deportiva del fútbol masculino.
bye
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