Pudúes salvajes de mente
pululando en las poblaciones callampa,
pololeando en los campamentos,
vista al suelo porque en el suelo viven,
en el suelo comen, en el suelo mueren,
y de salvajes tienen poco más que la pobreza y la sombra,
la pobreza y la sombra
Pudúes salvajes porque entre tanto asesinato ha surgido
más de algún poeta detective a
poblar el desierto
que quedó vacío cuando los patrones notaron
a los indios taza
Pudúes salvajes porque en este país es por la razón o por la
fuerza
y nunca vamos a tener la razón
eso lo enseñan en las escuelas,
eso lo enseñan en casa papá y mamá
Pudúes salvajes enterrados en las dunas,
ahogados en el mar, sepultados con tumbas cambiadas
por cóndores con verdadera inteligencia nacional,
patriotas con nombre tabú que seguían órdenes,
seguían órdenes, seguían órdenes
Pudúes salvajes de nuestro señor Emanuel Jesucristo
del séptimo día, vestidos de naranjo
antes de entrar a la mezquita haciendo un trote norteño
Pudúes salvajes de sudor y amargura
que se levantan a trabajar cuando todavía es de noche
y de noche vuelven a sus casas,
con rostros de noche y sueños sin estrellas, los pobres
pudúes,
los pobres, pudú.
Pudúes salvajes que se toman de la mano y juegan en el
bosque
mientras que el lobo no está
que permanecen atentos, latentes, temerosos,
porque si cambian su guzmánica constitución
quizás vuelva el lobo malo y
entonces
entonces cuántos pudúes más echaremos de menos
si hoy en día todavía nos preguntamos
dónde votan los pudúes salvajes desaparecidos
dónde chucha votan, compañero pudú parlamentario demócrata
castrado
Pudúes salvajes que se miran a los ojos y a las manos
antes de atreverse a enamorarse
porque tienen miedo del amor que duele,
de los que se dicen compañeros
y arrancan a la primera,
de los que se dicen amantes
y solo buscan espejos,
de los que dicen tener
corazón rojo y negro
y solo tienen lo negro y podrido
y de lo rojo se olvidaron
antes de tirar siquiera una piedra
Pudúes weichafes salvajes
de lengua olvidada,
de tierra robada,
de muertos sin culpables,
que tienen el rótulo de terroristas en la frente
porque después de todo
son tan extranjeros como los gringos
Pudúes salvajes que, sin patas rotas,
se les queda la patita atrás
y caminan con orgullo
porque cuando se usan tacos
no hay otra forma de caminar,
y que no tienen subsidio
porque los cóndores concertados
decidieron que ellos no son familia,
que ellos tienen otros derechos,
que ellos no caben
en el puro Chile de cielo azulado.
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Texto escrito para el taller LEA de la Usach.
bye
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