César fumaba pasta base, vivía en una dimensión paralela donde para comunicarse había que bailar. Por eso no habla b a con nadie. C uando los cabros del barrio se juntaban a bailar breakdance en la esquina César siempre los miraba absorto, interpretando los mensajes de sus cuerpos, incapaz de decir con palabras lo que su mente estaba procesando. César bordó su nombre en su chaleco, para ver si los bailarines lo invitaban a unirse. Justo ese día llegó un periodista a realizar un documental sobre la adicción a las drogas en las poblaciones. Cuando Mario Hugo y el camarógrafo se bajaron de la micro y llegaron a Bajos de Mena el periodista comenzó a cuestionarse porqué había aceptado hacer esa nota si en el noticiero nunca mostraban contenido de ese tipo. La mayoría de las cápsulas visuales eran canciones, así que cuando el notero vio al al grupo Hermanos Brothers practicando breakdance se imagino que en el peor de los casos si la nota era muy cruda, podría grabar algunos pasos...
últimamente esto se trata de la vida misma, sin reparos en las consecuencias, escribiéndola tal cual