"Quizás estoy mal acostumbrada", me dice. Y yo la miro y no encuentro palabras para decirle que yo también estoy mal acostumbrado, pero de manera distinta a ella. Ella está a acostumbrada a amores normales, yo no. A que la mimen, a que la llamen, a que la celen. Yo no, no estoy acostumbrado a ese tipo de cosas. Menos ahora. Y me dice que tiene que sacarme las cosas con tira buzones y yo me río. Me río porque sé que es cierto. Que no me nace, que si no me lo pide no lo hago. Que si no me dice que la llame no la llamo. Aunque quiero escuchar su voz, no me nace llamarla. Tan de pendejos, es lo que se me ocurre cuando pienso en llamarla. ¿Pero no era esto del amor sobre ser cabros chicos? ¿A qué estoy jugando y dónde quedaron las reglas? Siento que ya no sé como se hace. Como se siente Esto de estar en pareja. Tanto que aprender y re-aprender y tanto que quiero que sea a mí manera. Y, maldición, lo repito: tanto que aprender. Ni siquiera estoy hablando de mie...
últimamente esto se trata de la vida misma, sin reparos en las consecuencias, escribiéndola tal cual