El sábado en la noche llego un perro herido afuera de mi casa. Entre mi hermana y mi madre lo entraron y cuidaron lo mejor posible. Murió hoy en la mañana. Y me tocó cavar el hoyo hace un rato. He enterrado tanto animal en mi patio que trato de no encariñarme. El último perro al que le he tenido cariño ni siquiera es el de mi casa, es el negro que me acompañaba en las guardias de la toma de la universidad el año pasado. Me duelen las manos y me pesa la pena. bye
últimamente esto se trata de la vida misma, sin reparos en las consecuencias, escribiéndola tal cual