Perdí el hambre. O sea, se me quitó. Una discusión ni tan brigida y ahí quedo mi hambre de no haber comido en toda la tarde. Y eso que llegué con la guata rugiendo. Las mujeres son... manipuladoras. Asumo que en noviembre vamos a dejar de hablar (de nuevo). Pero ahora. Tener estas discusiones tan por el borde. Que yo estoy bien, que tú estás mal. Que viceversa. Me quita el hambre. Me hace escuchar un jazz suave. Ese de John Coltrane y Miles Davis. Kind of blue. bye
últimamente esto se trata de la vida misma, sin reparos en las consecuencias, escribiéndola tal cual